jueves, 25 de marzo de 2010

Despedida de Alfonso XIII

20.- MANIFIESTO DE ALFONSO XIII A LA NACIÓN. 1931.
Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo hoy el
amor de mi pueblo. Mi conciencia me dice que este desvío no será definitivo, porque
procuré siempre servir a España, puesto el único afán en el interés público, hasta en
las más críticas coyunturas.
Un Rey puede equivocarse, y sin duda erré yo alguna vez; pero sé bien que nuestra
Patria se mostró en todo momento generosa ante las culpas sin malicia. Soy el Rey de
todos los españoles y también un español. Hallaría medios sobrados para mantener
mis regias prerrogativas, en eficaz forcejeo contra quienes las combaten. Pero,
resueltamente, quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro,
en fratricida guerra civil. No renuncio a ninguno de mis derechos, porque más que
míos son depósitos acumulado por la Historia, de cuya custodia ha de pedirme algún
día cuenta rigurosa.
Espero a conocer la auténtica y adecuada expresión de la conciencia colectiva, y
mientras habla la nación, suspendo deliberadamente el ejercicio del Poder Real y me
aparto de España, reconociéndola así como única señora de sus destinos.
También quiero cumplir ahora el deber que me dicta el amor de la Patria. Pido
a Dios que también como yo lo sientan y lo cumplan todos los españoles.

Alfonso, Rey.

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