jueves, 3 de mayo de 2012

AZAÑA Y EL PROBEMA RELIGIOSO DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA. 1.-Clasificación del texto. El texto es un fragmento de un discurso de Manuel Azaña. Se trata de una fuente histórica primaria, de naturaleza circunstancial narrativa y de carácter político. Circunstancias espacio-temporales: Este discurso fue pronunciado en el Congreso de los Diputados, en Madrid, el 13 de octubre de 1931 y forma parte de los debates que precedieron a la redacción de la Constitución de la Segunda República. Se enmarca históricamente en la Segunda República y dentro de está en el primer Gobierno Provisional presidido por Alcalá Zamora tras la proclamación de la República. Este Gobierno estaba integrado por numerosos partidos políticos de diferentes ideologías (izquierda y derecha republicana, socialistas y autonomistas) y lo primero que hizo fue la celebración el 28 de junio de elecciones auténticamente democráticas, en las que triunfaron claramente los partidos de izquierdas, de las que saldrían unas Cortes constituyentes encargadas de elaborar la nueva Constitución. Tras ser aprobada, se formó el primer gobierno constitucional presidido por Manuel Azaña que emprendió un amplio y ambicioso programa de reformas, con las que se intentaba dar solución, entre otros, al problema religioso. El autor del texto es Manuel Azaña, que en este momento era diputado y ministro de Defensa de la República, fundador de los partidos Acción Republicana e Izquierda Republicana, alma de las reformas y máximo exponente ideológico de la Segunda República, período en el que ejerció diferentes cargos políticos: diputado, ministro, jefe de Gobierno y Presidente de la República en el 36. En febrero de 1939 marchó al exilio a Francia, donde murió en 1940. Destino e Intencionalidad: Es un documento de carácter público y de ámbito nacional ya que el discurso va dirigido en primer lugar a los Diputados de las Cortes y en segundo lugar a toda la nación, con la intención de defender un Estado laico con plena separación entre Iglesia y Estado. 2.-ANÁLISIS O COMENTARIO INTERNO. La idea principal del texto coincide con la intención, que es la defensa del laicismo y la separación completa entre Iglesia y Estado para reducir la tradicional influencia de la Iglesia sobre la sociedad española. La estructura del texto nos permite agrupar las principales ideas del mismo de la siguiente manera: En primer lugar, empieza Azaña negando la existencia de un problema religioso en España y argumenta que es únicamente un problema político que se piensa resolver de la siguiente forma: “España ha dejado de ser católica” y por tanto, el Estado debe ser laico y aconfesional para así adaptarse a esta nueva situación, (tal y como se recogerá después en el articulado de la Constitución). El problema religioso queda reducido al ámbito privado de cada conciencia personal y no es por tanto una cuestión política. Los temas ultraterrenos no competen al Estado. Está separación Iglesia-Estado que se produce por segunda vez en la Historia de España (la 1ª fue durante el Sexenio Revolucionario), fue muy mal acogida por la Iglesia que no aceptaba la laicidad del Estado y la pérdida de influencia social que traía aparejada. Por ello la jerarquía católica y algunos políticos serán uno de los principales opositores al nuevo régimen republicano, movilizando a la opinión pública en su contra (el problema religioso es el que le quita más apoyos al gobierno). Más adelante Azaña se muestra contrario a que las órdenes religiosas controlen el sistema educativo español. Porque estas defienden una enseñanza arcaica que va contra los principios de una ciencia y de un Estado moderno, que es el espíritu que impregna la Segunda República española. Entre las medidas que se toman para impedir que las órdenes religiosas controlen la enseñanza están las siguientes: Incapacitación de los eclesiásticos para la enseñanza, supresión de la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en los colegios y de los crucifijos en las aulas, expulsión de las comunidades extranjeras y exclaustración de las españolas, nacionalización de los bienes de ambas y prohibición de transferir cualquier suma al Vaticano, etc. Una de las leyes más importantes desarrolladas por el gobierno para la Reforma religiosa fue la Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas de 1933, por la que el Estado dejaba de realizar aportaciones a la Iglesia, suspendiendo la asignación al clero, y ordenaba el cierre de los centros docentes religiosos a partir de diciembre de 1933. 3.- COMENTARIO EXTERNO. En este apartado tenemos que desarrollar los siguientes puntos: - La proclamación de la Segunda República y la Constitución de 1931 (antecedentes). - La política reformista del Bienio Reformador (1931-1933) centrándonos en la Reforma religiosa, sin repetir lo ya expuesto en el comentario interno. 4.-CONCLUSIÓN. Es un texto subjetivo, que expone las ideas de su autor, Azaña, de Izquierda republicana. El texto tiene un gran valor como parte del ideario de republicanos y socialistas, que tienen como unos de sus principales objetivos establecer una clara separación Iglesia-Estado y reducir la influencia de la Iglesia sobre la sociedad española. Estas ideas las podemos enlazar con la corriente anticlerical que en España surgió entre los sectores más exaltados ya durante el Trienio Liberal. corriente que estará también presente en los republicanos de la Primera República y en las principales ideologías del movimiento obrero: Marxismo y Anarquismo. Está postura anticlerical se manifestó unas veces de forma racional, como la “Ley del Candado” de Canalejas y otras de forma violenta, como durante la Semana Trágica de Barcelona en 1909. Durante el Bienio reformador (1931-1933), Azaña se propuso limitar la influencia de la Iglesia en la sociedad española y, más particularmente, en la educación. Contaba para ello con ese fuerte anticlericalismo que las clases populares manifestaban y que algunas veces se materializaba en la quema de edificios religiosos. No obstante, la influencia de la Iglesia siguió estando presente en la vida política española y procuró defenderse por todos los medios llegando a crear una fuerza política, Acción Popular, que se convierte en el núcleo de la CEDA, y que en 1934 comparte el poder con el partido de Lerroux. Según muchos historiadores y políticos, la política religiosa fue inoportuna y tratada sin tacto, lo que contribuyó a radicalizar a los españoles que, en su mayoría, eran católicos. La implantación del Estado laico fracasó, no siendo entendida la libertad religiosa como una más de las libertades. Al agredir a los católicos el régimen republicano se había creado poderosos enemigos que identificaron república con el ataque a Dios.

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