1.- CLASIFICACIÓN DEL TEXTO:
El texto es una fuente primaria, puesto que es un fragmento del original y por lo tanto está escrito en el momento en que sucedió el hecho de que trata. Es un documento histórico de naturaleza jurídica al ser un tratado que emana de una autoridad y de obligado cumplimiento por ambas partes, su carácter es político.
En cuanto a las circunstancias espacio-temporales, podemos situar el texto cronológicamente el 31 de agosto de 1839, fecha en que se firmó el Convenio, durante la minoría de edad de Isabel II siendo regente su madre Mª Cristina de Borbón, 4ª esposa de Fernando VII. Su reinado comienza con una crisis dinástica, al no aceptarla su tío, el anterior heredero, D. Carlos, crisis que terminaría desembocando en una guerra civil, la 1ª Guerra Carlista, a la que este Convenio pone fin y que supuso también un enfrentamiento entre dos ideologías contrapuestas, la absolutista y la liberal. Y podemos localizarlo espacialmente en el cuartel general de Vergara (Guipúzcoa), esto es, en el País Vasco, principal escenario de la guerra.
En cuanto al autor, como el nombre del texto indica es un convenio, es decir, un pacto o acuerdo entre las partes beligerantes, ratificado por los dos generales de los ejércitos carlistas e isabelinos, Rafael Maroto (nacido en Lorca, participó en la guerra en América y en España se pone del lado de Carlos Mª Isidro) y Baldomero Espartero (Duque de la Victoria), que a su vez era líder de los liberales progresistas y tras su victoria se ocupará de la Regencia y más tarde presidirá el Bienio Progresista (1854/56), ya durante la mayoría de edad de la reina.
Su destino e intencionalidad es público y de carácter nacional, ya que va dirigido en concreto a los militares y soldados de los dos ejércitos combatientes, y, en general a todo el pueblo español, con la intención de poner fin a la guerra y sentar las bases de convivencia en el futuro, procurando un acercamiento de ambas partes.
2.- ANÁLISIS O COMENTARIO INTERNO
La estructura del texto –compuesto por tres artículos no consecutivos- nos permite agrupar las principales ideas del mismo.
El texto consta de un breve preámbulo en el que se presentan a los dos protagonistas principales, el Capitán General de los Ejércitos Nacionales D. Baldomero Espartero y el Teniente General D.
Rafael Maroto.
La idea principal está recogida en el artículo 1º, y se refiere al compromiso del Gobierno de conceder y modificar los fueros de los territorios carlistas. Tras la implantación de los Decretos de Nueva Planta por Felipe V, que suponen la unidad legislativa y fiscal de España, solo se mantienen los fueros del país Vasco-Navarro como premio a su lealtad en la Guerra de Sucesión Española. El temor de los vascos-navarros a que la política de igualdad del liberalismo aboliera sus fueros les llevó a alinearse junto al pretendiente carlista. Ahora, al finalizar la guerra con la victoria liberal, se expone el compromiso de mantener los fueros, si bien de una manera un tanto ambigua y que no será totalmente respetada. El respeto a los fueros supone el punto principal del acuerdo.
Las ideas secundarias aparecen en los artículos 2º y 4º, y se refieren a la oferta del bando isabelino de respetar los empleos, grados y condecoraciones de los mandos del ejército carlista, siempre que juren respeto a la Constitución y al trono (artículo 2º), o bien la posibilidad de retirarse con el sueldo que les corresponda por reglamento (artículo 4º). Nuevamente se pone de manifiesto el espíritu conciliador del Convenio. Cabe resaltar que la mayor parte del ejército carlista estaba compuesta por voluntarios y que esta oferta beneficia única y exclusivamente a los oficiales carlistas y es un medio de evitar posteriores enfrentamientos, ya que D. Carlos no había firmado el Convenio y al incorporar su ejército al isabelino dificilmente podría emprender una nueva guerra, si bien sus descendientes volvieron a levantarse en armas en otras 2 ocasiones.
3. COMENTARIO EXTERNO:
Hay que centrarse en:
-Problema dinástico-sucesorio a la muerte de Fernando VII.
-Primera Guerra Carlista.
Comenzar con el problema sucesorio de Fernando VII y la abolición por este de la Ley Sálica, publicación de la Pragmática Sanción, bandos enfrentados e ideologías.
Explicar las causas de la 1ª Guerra Carlista, los contendientes y el marco geográfico en el que se desarrolló.
La primera Guerra Carlista se lleva a cabo desde 1833 hasta 1839, con desigual desarrollo, (explicar etapas de la guerra).
En una primera fase el General carlista Zumalacárregui obtiene importantes éxitos, pero su muerte en el sitio de Bilbao hace cambiar el signo de la contienda y no consiguen triunfar, pese a que se extienden por casi toda la península. La situación se hace insostenible, llegándose a la firma del pacto entre ambos bandos.
Terminar explicando el Convenio de Vergara.
4. CONCLUSIÓN
Se trata de un texto objetivo, sencillo y de carácter militar. Las recomendaciones que Espartero promete hacer al Gobierno, fueron atendidas, pues el Convenio de Vergara supuso para el País Vasco la conservación parcial de sus privilegios y de sus fueros que serían mantenidos hasta 1876, durante la Restauración, en que serán suprimidos después de la 3ª guerra carlista por el gobierno de Cánovas del Castillo, también se respetó el derecho a seguir en el ejército o a retirarse con su sueldo correspondiente.
El contenido del texto es sumamente conciliador. Más que un acuerdo de paz, en el que los vencedores aplastan a los vencidos y los someten al pago de impuestos de guerra o los hacen prisioneros, este Convenio, conocido también como Abrazo de Vergara, es un acuerdo para la satisfacción de ambas partes. Es pues un pacto entre caballeros, que, a pesar de ello, no satisfizo al aspirante al trono, don Carlos María Isidro que huyó a Francia. El acuerdo parece producto de la voluntad de Espartero y es que durante el reinado de Isabel II se acentuará el poder de los militares (todos los cambios políticos se realizarán mediante pronunciamientos), que podían hacer y deshacer gobiernos a su antojo y así aprovechar la ocasión para ponerse él al frente del poder (regencia de Espartero de 1841 a 1843). Pero también este Convenio es consecuencia de la crisis interna del carlismo dividido en dos facciones: una línea dura de absolutistas extremistas, que se negaban a una solución pacífica y otra más moderada favorable al pacto con los isabelinos, a cambio del respeto a los fueros. El general Maroto, mandó fusilar a los generales contrarios al acuerdo de paz e inició conversaciones secretas con Espartero
Sin embargo, el Convenio de Vergara fue sólo un paréntesis en el problema carlista. La segunda guerra (Carlos VI) se reanudará de 1846 hasta 1849, y una tercera guerra estallará tras el derrocamiento de Isabel II en 1868, (Carlos VII), coincidiendo con el reinado de Amadeo de Saboya, la Iª República y la Restauración borbónica en la figura de Alfonso XII. No obstante, la derrota del carlismo representó una lenta pero imparable implantación del liberalismo en España.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario