jueves, 15 de marzo de 2012

OLIGARQUÍA Y CACIQUISMO. "EL PUCHERAZO" VALENTÍ ALMIRALL

El texto es un fragmento de la obra de Valentín Almirall, “España tal como es”.
1.CLASIFICACIÓN: Se trata de una fuente primaria, de naturaleza circunstancial-narrativo y de carácter político.
Circunstancias espacio-temporales: El texto está fechado en 1889 y publicado en Barcelona, recoge la situación española a finales del siglo XIX, durante el periodo de la Restauración. Tras los fracasados ensayos políticos del Sexenio Democrático se produjo la vuelta de los Borbones al trono de España, con el hijo de Isabel II, Alfonso XII. El sistema de la Restauración se caracterizó por la consolidación en España del liberalismo y sus instituciones, bajo el dominio de la burguesía conservadora y por un nuevo modelo de gobierno, basado en el turno pacífico de partidos.
Autor: El autor es Valentín Almirall que se encuadra en el pensamiento regeneracionista y catalanista. Fue abogado, periodista y político. Es la principal figura del catalanismo político de izquierdas y republicano y uno de los principales pensadores catalanes de la segunda mitad del siglo XIX. Fue el creador del primer periódico en catalán. Participó en la fundación del Centre Catalá, fue uno de los componentes de Unió Catalanista, publicó muchos artículos en los mejores periódicos de la época y, sobre todo, sus grandes obras, "El catalanismo" y "España tal como es", al que pertenece el fragmento que estamos analizando. Defendía la república, el federalismo y el catalanismo progresista.
Destino e Intencionalidad: Es un documento público, ya que está dirigido al pueblo español en general y de carácter nacional con la intención de denunciar el fraude electoral y el caciquismo.
2 .ANÁLISIS O COMENTARIO INTERNO
La idea principal es denunciar el fraude en las elecciones, la oligarquía y el caciquismo en la España de la Restauración, que a pesar de haberse aprobado el sufragio universal por el gobierno liberal de Sagasta, seguía imperando en España.
En primer lugar, el texto explica cómo se realiza este fraude electoral mediante la manipulación de los procesos electorales. Sin embargo, el control de todas las votaciones en cada uno de los pueblos y ciudades de España era bastante complicado y para asegurar los resultados electorales deseados por el gobierno era imprescindible la intervención de los caciques, que son las personas de gran poder económico y social a nivel comarcal o local, que controlan de forma directa o indirecta a grandes grupos humanos y presionan para que los resultados electorales se ajusten a las perspectivas del gobierno. El funcionamiento de este proceso es el siguiente: el rey, ante una crisis de gobierno, nombra como presidente del Gobierno a uno de los dirigentes de los dos partidos que se turnan en el país, al que otorga el derecho de disolución de las Cortes. El presidente elige a su gobierno, en el que el ministro de la Gobernación tiene un papel fundamental, al ser encargado de realizar el “encasillado”, es decir, la adjudicación de diputados al partido gobernante, así como las correspondientes a la oposición oficial, fuera del sistema quedaban republicanos, carlistas, nacionalistas y movimiento obrero. De esta forma, como se indica en el texto, el ministro de la gobernación se convierte en el “único elector”. El gobernador de la provincia establece, a continuación, la red de contactos con los caciques comarcales o locales, que a su vez contactan con los pequeños caciques de pueblo (farmacéuticos, veterinarios, notarios, o médicos). El entramado caciquil, por tanto, formaba una especie de red piramidal y jerarquizada, de manera que en su interior se podían distinguir varios niveles diferentes de importancia e influencia.
A continuación, el documento da a conocer algunos de los diferentes mecanismos utilizados para amañar las elecciones, como el falseamiento de las listas, poniendo en ellas “algunos nombres verdaderos perdidos entre una multitud de imaginarios, y sobre todo de difuntos”, representados por agentes (barrenderos, policías…) vestidos de paisano, que van a votar mandados por caciques que a su vez están en conexión con los políticos que desde Madrid tienen el poder de decidir los resultados electorales.; o como el pucherazo, que consistía en guardar las papeletas de votación en urnas o pucheros, y sacar y meter las necesarias hasta lograr el resultado electoral deseado.
Otras formas de amañar los resultados electorales, además de votar los muertos y no dejar votar a los vivos (falseamiento del censo electoral), de adulteración de las elecciones, consistían en manipular las actas electorales, comprar votos y amenazar al electorado con coacciones de todo tipo, como impedir la propaganda de la oposición e intimidar a sus simpatizantes.
El turno pacífico era posible gracias a este falseamiento electoral y al caciquismo, sin tener que recurrir a pronunciamientos. So objetivo era evitar que otros partidos pudieran alcanzar el poder. En la práctica el sistema parlamentario y las elecciones quedaban convertidos en una ficción.
3. COMENTARIO EXTERNO: la Restauración y su oposición.
CONCLUSIÓN: Es un texto subjetivo, que expone las ideas de su autor, Valentín Almirall.
El texto tiene un gran valor como parte del ideario del nacionalismo catalán que denunció el caciquismo.
,El turno era una fórmula política de ventajas inmediatas que, gracias a la manipulación electoral, daba la posibilidad a ambos partidos de alternarse en el gobierno de forma pacífica. Para ello era fundamental la figura de los caciques, individuos de gran influencia y prestigio social. Era un residuo de las antiguas relaciones señoriales, y suponía la dependencia y el dominio del cacique sobre los campesinos como un auténtico señor de"vidas y haciendas".
Ironiza Almirall que toda la mecánica política esté basada en la corrupción y el falseamiento electoral, cuando el pueblo pudo votar mediante el sufragio universal masculino, pero la actuación de los caciques manipuló y presionó al votante. Los excluidos del turno utilizaron a veces tácticas violentas, como los anarquistas (asesinato de Cánovas autor del sistema).
La gran farsa nacional que supuso el sistema canovista, que imperó durante el largo periodo de la Restauración, se mantuvo inalterable más de 25 años debido a que el gobierno lo ejercían una elite social sobre una sociedad rural, mal comunicada, analfabeta y atrasada económicamente. De este sistema se vieron marginados los grupos sociales más numerosos (movimiento obrero, nacionalismos y republicanos), y, precisamente, en ello radicó su error.
Se intentó ampliar el espectro social, estableciendo el sufragio universal (1890), que no dejó de ser una farsa, al estar controlado igualmente por los caciques y que no vino más que a completar el fraude. Los golpes asestados al sistema, como el “Desastre del 98”, la imposibilidad de continuar el turnismo, debido a la fragmentación de los partidos políticos y la desaparición de los grandes líderes, pusieron de manifiesto la necesidad de “regenerar” el sistema desde arriba y fracasado este intento, (nuevas crisis de 1909 y 1917) solo quedará la solución militar con la Dictadura de Primo de Rivera, en la que la farsa electoral termina.
En términos generales el periodo debe valorarse como de gran estabilidad política, un ejemplo de ello será que su Constitución es la de mayor vigencia en la Historia de España, rompiendo con las constantes de elaborar una nueva cada vez que un partido accede al poder y de llegar a él por medio de pronunciamientos. El pueblo español no tuvo ni fuerza, ni visión suficiente para rebelarse contra el fraude que suponía el sistema de la Restauración.

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